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Virujazz con AURORA - SƔbado 22 de octubre


InvitaciĆ³n a la mĆŗsica y al cante, con luz y sin penas

Los que tenemos que recurrir a la meditaciĆ³n para achicar de nuestra mente tantos litros de literatura, de pasado y de futuro, y asĆ­ poder vivir encarnados en nuestro propio cuerpo ā€”que es en ninguna parte y en todasā€”, sĆ³lo contamos con la poesĆ­a para tocar palabras y no quedar maltrechos. Porque las palabras del poeta, bien puestas, desordenadas, causan brechas y abren el corazĆ³n a aquello que las supera.

Y si queremos romper del todo el discurso pesado que llena nuestra pena, lo alimentamos con mĆŗsica buena, certera y Ćŗtil. Y asĆ­ no sobrevive, y solo trasciende lo que siempre ha permanecido eclipsado, la luz sin sombra.

Os espero el prĆ³ximo sĆ”bado 22 de octubre en Casa Virupa, bajo la luz del cuarto menguante, con el grupo Aurora: Pere MartĆ­nez (cante), Max Villavecchia (piano), Javi Garrabella (bajo) y Joan Carles MarĆ­ (baterĆ­a). Ellos y nosotros podremos dar un poco de luz al mundo.

Como confiamos en su arte y en vuestro criterio, dejaremos que vosotros mismos valorĆ©is cuĆ”nto vale la experiencia; os proponemos una entrada inversa, que podrĆ©is aportar al final de la actuaciĆ³n.

A los fogones estarĆ” Pablo Rosal, amigo de Casa Virupa y cocinero excepcional, que prepararĆ” unas deliciosas tapas vegetarianas.

Aquƭ un poema inƩdito de Lorca, y es que el poeta tambiƩn nos visitarƔ el 22 de octubre: serƔ en boca de Aurora.

Siddharta

El palacio en sombra EnseƱa brumoso sus oros bruƱidos La cƔlida noche derrite sus tules Entre las estrellas rojizas y azules. Lloran los chacales en junglas perdidos.

En el estanque lotos sangrientos Lirios de agua, palmas, umbrƭas En los jardines altas palmeras Se inclinan lƔnguidas y severas Acompasando sus melodƭas

Dulces magnolias majestuosas Dan su fragancia sobre las cosas. Noche de luna. Raro consuelo. Arturo llora su luz de cielo Flores, divinas... Piedras, preciosas.

(La 2ĀŖ cuartilla estĆ” perdida)

Abriole la puerta de calma infinita despuĆ©s esfumose. Siddhartha medita. Una voz celeste suave musita "TĆŗ eres Tathagatha, puro, sin igual".

En fondos dorados entre rosas blancas

LuciĆ³ sus encantos la diosa Verdad El iluminado quedose hierĆ”tico Aspirando triste un perfume enigmĆ”tico Que manaba lento de la eternidad.

El cuerpo sin alma subiĆ³ al aposento

Yashodara y el niƱo dormĆ­an Siddhartha sintiĆ³ un agobio violento Corazones en sombras yacĆ­an... Grave palpitaba el firmamento.

Se arrancĆ³ la flecha que le lanzĆ³ Mara

Traspasando saliĆ³ de la estancia Dulce el corazĆ³n se durmiĆ³ en la fragancia Que la luz del cielo le dejara. Y marchĆ³ con la Bienaventuranza

Siddhartha solloza. El palacio lejano EnseƱa entre ramas sus oros bruƱidos La cƔlida noche derrite sus tules Entre las estrellas rojizas y azules. Lloran los chacales en junglas perdidos

F. G. Lorca


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