Román
22 de sep de 20162 min.
Invitación a la música y al cante, con luz y sin penas
Los que tenemos que recurrir a la meditación para achicar de nuestra mente tantos litros de literatura, de pasado y de futuro, y así poder vivir encarnados en nuestro propio cuerpo —que es en ninguna parte y en todas—, sólo contamos con la poesía para tocar palabras y no quedar maltrechos. Porque las palabras del poeta, bien puestas, desordenadas, causan brechas y abren el corazón a aquello que las supera.
Y si queremos romper del todo el discurso pesado que llena nuestra pena, lo alimentamos con música buena, certera y útil. Y así no sobrevive, y solo trasciende lo que siempre ha permanecido eclipsado, la luz sin sombra.
Os espero el próximo sábado 22 de octubre en Casa Virupa, bajo la luz del cuarto menguante, con el grupo Aurora: Pere Martínez (cante), Max Villavecchia (piano), Javi Garrabella (bajo) y Joan Carles Marí (batería). Ellos y nosotros podremos dar un poco de luz al mundo.
Como confiamos en su arte y en vuestro criterio, dejaremos que vosotros mismos valoréis cuánto vale la experiencia; os proponemos una entrada inversa, que podréis aportar al final de la actuación.
A los fogones estará Pablo Rosal, amigo de Casa Virupa y cocinero excepcional, que preparará unas deliciosas tapas vegetarianas.
Aquí un poema inédito de Lorca, y es que el poeta también nos visitará el 22 de octubre: será en boca de Aurora.
Siddharta
El palacio en sombra
Enseña brumoso sus oros bruñidos
La cálida noche derrite sus tules
Entre las estrellas rojizas y azules.
Lloran los chacales en junglas perdidos.
En el estanque lotos sangrientos
Lirios de agua, palmas, umbrías
En los jardines altas palmeras
Se inclinan lánguidas y severas
Acompasando sus melodías
Dulces magnolias majestuosas
Dan su fragancia sobre las cosas.
Noche de luna. Raro consuelo.
Arturo llora su luz de cielo
Flores, divinas... Piedras, preciosas.
(La 2ª cuartilla está perdida)
Abriole la puerta de calma infinita
después esfumose. Siddhartha medita.
Una voz celeste suave musita
"Tú eres Tathagatha, puro, sin igual".
En fondos dorados entre rosas blancas
Lució sus encantos la diosa Verdad
El iluminado quedose hierático
Aspirando triste un perfume enigmático
Que manaba lento de la eternidad.
El cuerpo sin alma subió al aposento
Yashodara y el niño dormían
Siddhartha sintió un agobio violento
Corazones en sombras yacían...
Grave palpitaba el firmamento.
Se arrancó la flecha que le lanzó Mara
Traspasando salió de la estancia
Dulce el corazón se durmió en la fragancia
Que la luz del cielo le dejara.
Y marchó con la Bienaventuranza
Siddhartha solloza. El palacio lejano
Enseña entre ramas sus oros bruñidos
La cálida noche derrite sus tules
Entre las estrellas rojizas y azules.
Lloran los chacales en junglas perdidos
F. G. Lorca