Nos "refugiamos" en un sinfín de cosas: en la carrera profesional, en la pareja, en nuestros ideales políticos, en un determinado estilo de vida, en tendencias de moda, en el móvil y sus pasatiempos... Cada una a su manera, parece que nos ofrecen una garantía de confort, de seguridad, de algo en lo que podamos descansar.

Sin embargo, desde la perspectiva dhármica, la comodidad que nos ofrecen estos "refugios" es engañosa: son temporales -y por ello cambiarán o desaparecerán, frustrando nuestra expectativa de continuidad y seguridad-, además de irreales -jamás nos ofrecen lo que realmente esperábamos de ellos. Entonces: ¿hay algo en lo que nos podamos refugiar y que resulte fiable?

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El budismo considera que podemos dejarnos arropar o amparar por la Triple Joya: el Buda, el Dharma y la Sangha. El Buda es la guía espiritual que, en última instancia, nos recuerda nuestra capacidad para despertar; el Dharma, las enseñanzas, y la Sangha es el conjunto de practicantes, realizadas o en camino. Desde una perspectiva más ortodoxa, el hecho de tomar refugio es lo que nos introduce en el camino budista, pues representa que queremos comprometernos de por vida con realizar las verdades de la impermanencia, de la interdependencia y de la vacuidad. Refugios que, como forman parte de la naturaleza misma de la existencia, no nos decepcionarán.

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En estas enseñanzas, Lama Ngawang Norbu dará enseñanzas sobre el refugio. Un tema fundamental para todas aquellas que quieran asentar los fundamentos en la filosofía y práctica budista.